Hoy por hoy el número uno del mundo se llama Lionel Andrés Messi, simplemente es el mejor futbolista del planeta, FIFA World player y Balón de oro. Lo dicen los que juegan con él y contra él, lo dicen los entrenadores, lo decimos los periodistas y Messi simplemente lo demuestra en la cancha. 22 goles hasta el momento en liga incluidos los tres Valencia, lo tienen como Pichichi, y en la Champions, la pulga aparece cuando se le necesita. Con el Stutgart fue una pesadilla, en 13 minutos ya tenía la eliminatoria sentenciada, después vino la fiesta. Es cierto que Messi no es el cerebro de este Barcelona considerado el mejor de todos los tiempos, es cierto que detrás de él tiene a dos arquitectos que construyen un medio campo Blaugrana, pero también es cierto que es Messi quien marca la diferencia.
Iniesta y Xavi hacen jugar al argentino, aunque también en muchas ocasiones es el mismo el que busca el hueco, el que regatea hasta llegar a la portería rival, es él quien rompe las defensivas más sólidas o simplemente saca algún disparo de media distancia que termina incrustado en la red. No se le pueden restar meritos por tener gente atrás de él que muevan los hilos del equipo, al contrario, destacar en un Barcelona plagado de jugadores de gran calidad y ser siempre la preocupación de los equipos rivales nos dice un poco de por qué Messi es simplemente el mejor del mundo. Lo ha ganado todo en su club, tiene solo 23 años y un futuro grande por delante, aunque el punto negro es la albiceleste, ha quedado a deber con la selección Argentina. Se viene Sudáfrica y ahí tendrá la oportunidad de demostrar por qué es el mejor del mundo, tendrá que sacar el carácter y determinación con la que se juegan los mundiales y entonces veremos si todavía habrá quien lo dude.
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